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En el día de la Salud Mental, Juan Ciudad ONGD destaca su colaboración con el centro Dalal-Xel de Thiès para acercar la salud mental a comunidades rurales de Senegal, gracias a la financiación del Gobierno Balear y el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat

Martes, 10 Octubre, 2023 - 00:00

La salud mental se considera como parte integral de la salud y el bienestar, tal y como se refleja en la constitución de la Organización Mundial de la Salud, OMS. Y, como otros aspectos de la salud, ésta puede verse afectada por una serie de factores sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales. El contexto local en el que se sitúan determinados grupos vulnerables como familias en situación de pobreza, personas con problemas de salud crónicos, niños y niñas expuestos a situaciones de maltrato o abandono, grupos minoritarios sometidos a discriminaciones y violaciones de los Derechos Humanos, personas mayores, mujeres, etc. puede incrementar considerablemente el riesgo de sufrir problemas de salud mental. 

Las personas que padecen trastornos mentales son estigmatizadas y discriminadas con frecuencia en países con un bajo índice de desarrollo. Debido a la falta de educación y desconocimiento de la población, falta de capacidades de los centros sanitarios, prácticas terapéuticas nocivas, siendo negados los derechos civiles y políticos, el derecho a la salud, a la educación, al desarrollo profesional, etc. Que les llevan, junto a sus familiares a vivir en situaciones de pobreza, condiciones de vida insalubres, maltratos físicos y abusos sexuales. Además, la OMS, también informa en su Plan de acción integral de salud mental que las personas con trastornos mentales presentan tasas desproporcionadamente elevadas de discapacidad y mortalidad. Así, por ejemplo, las personas con depresión mayor o esquizofrenia tienen una probabilidad de muerte prematura un 40% a 60% mayor que la población general, debido a los problemas de salud física, que a menudo no son atendidos.

Senegal es un país donde la salud mental ha sufrido un descuido generalizado. A pesar de los esfuerzos del Gobierno para integrar la salud mental en el sistema de salud, el número total de camas es de 3 por cada 100.000 habitantes, frente a 27 por cada 100.000 habitantes en España, según los datos de 2019 del Plan Estratégico de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud para 2022-2028.  El número de personal médico psiquiatra en Senegal es de tan sólo 1,6 por cada millón de habitantes según cifras del PNUD para 2017. En comparación, en España, la proporción de psiquiatras vinculados a centros públicos del SNS, en 2018 fue de 8,6 por cada 100.000 habitantes.  

En total el Ministerio de Salud tiene registradas 14 estructuras de salud mental, pero sólo seis son centros especializados, el resto, son áreas dentro de un hospital general. Casi todas las estructuras están centralizadas en Dakar, que alberga el único Centro Hospitalario Psiquiátrico Nacional. En los hospitales regionales (Louga y Saint Louis) y ciertos centros médicos con unidad quirúrgica, hay servicios psiquiátricos gestionados por una sola persona sin recursos. Según cifras de la División de Salud Mental del MSAS, 36 psiquiatras ejercen en 2018 en Senegal, de los cuales tan sólo siete de ellos (15,2%) están destinados fuera de la región de Dakar.

Esta situación muestra la dificultad en el acceso a los servicios de atención psiquiátrica en el país, y la desigual distribución de la atención de la salud mental, resultando innegable que sólo una minoría de senegaleses afectados por trastornos mentales se benefician un servicio de atención a través de los establecimientos de salud, generando una serie de impactos negativos como retraso en el diagnóstico y el tratamiento, la privación del acceso a los servicios a la población, una gran desinformación generalizada sobre las distintas enfermedades y el uso indiscriminado de prácticas tradicionales.

Dentro de este contexto, se encuentran los dos centros especializados en salud mental de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Senegal, los centros Dalal-Xel en la ciudad de Thiès, y la ciudad de Fatick. Ambos centros son los principales referentes de salud mental especializada en todo el país y forman parte de los 6 únicos centros especializados existentes.

El centro Dalal-Xel Thiès fue el primero en fundarse y tiene una trayectoria de más de 20 años. Atiende a una media de 20.000 personas al año, de las cuales, un 45% es diagnosticada con algún tipo de enfermedad mental. La esquizofrenia, la psicosis aguda y la epilepsia constituyen el 80% de las patologías atendidas.  Para el desarrollo de su labor diaria, el centro debe conocer las limitaciones que se presentan en su entorno y buscar soluciones eficientes que le permitan funcionar con visión de largo plazo. Este es también el caso de su homólogo, el centro Dalal Xel de Fatick, que comenzó a funcionar unos años después en la zona sur este del país y apoya al centro de Thiès en las actividades que se llevan a cabo en su área de influencia.

En palabras del Director del Centro de Thiès, el Hno. Étienne Sené, los principales retos a los que se enfrenta el país en la actualidad son la falta y ruptura de provisiones de medicamentos psicotrópicos; la falta de personal sanitario en las estructuras psiquiátricas para garantizar la prevención, el cuidado y tratamiento de las personas con enfermedades mentales; descentralizar los servicios de atención psiquiátrica para poder cubrir las demandas de la población que no vive en la capital o principales ciudades; establecer estructuras de reinserción social;  luchar contra la estigmatización y los tabúes ligados a la salud mental y que se disponga de un presupuesto público para salud mental que permita apoyar la investigación y atender a la población abandonada, sin recursos.

Gracias al profundo conocimiento del contexto y la vinculación de los centros Dalal-Xel con las personas y su entorno, y gracias a su vocación como Orden Hospitalaria y su compromiso con la salud mental, desde hace varios años, fueron identificando que, la mayoría de las familias y acompañantes las personas atendidas tenían que hacer grandes esfuerzos económicos para cubrir los gastos médicos, el transporte, alojamiento y manutención, ya que tenían que desplazarse distancias muy largas. Se dieron cuenta, identificando los distintos lugares de procedencia, que las atenciones se podían concentrar en puntos estratégicos deslocalizados más cercanos, para que fuese más accesible, ya que la realidad a la que se enfrentaban repercutía, en muchos casos, en el abandono del tratamiento y seguimiento médico por agotamiento físico, económico y moral de las personas atendidas y sus familiares.

En respuesta a esta situación, y desde el año 2013, los centros Dalal-Xel, comenzaron a extender su actividad a aquellas comunidades de donde procedían la mayoría de sus pacientes. A medida que estas acciones se han ido consolidando en proyectos, los centros Dalal-Xel han ido intentando abordar, en la medida de sus posibilidades, otras problemáticas entre la población, como el estigma social o el sesgo de género en la salud mental, dado que son las únicas instituciones del país que ofrecen este servicio deslocalizado., a través de un refuerzo de las actividades de formación y sensibilización.

El Hno. Étienne señala que, la estigmatización, es una acción o palabra que convierte una característica, un comportamiento, una discapacidad o un impedimento de una persona en una marca negativa o de inferioridad, lo que en Senegal se traduce en que las familias pueden llegar a rechazar o negar la realidad de este tipo de enfermedades entre sus familiares; en que las personas afectadas no tengan ningún tipo de relación o lazos sociales y vivan con niveles de precariedad muy elevados, pudiendo incluso terminar en una situación de abandono en la calle o pudiendo derivar su situación en otras enfermedades; en que tengan problemas para recibir un tratamiento médico continuado; en problemas de reinserción familiar una vez se encuentren en una situación más estable y sobre todo en que la salud mental es un tema tabú por desconocimiento de la población y por  creencias o mitos tradicionales.

Es debido a esta realidad que, desde el año 2019 hasta el presente, el centro Dalal-Xel de Thiès, en coordinación con Juan Ciudad ONGD y con el apoyo múltiples entidades públicas y privadas como el Gobierno de Baleares, del Hospital Parc Sanitari San Joan de Deu, el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, la Fundación Carasso y Farmamundi, está trabajando en un programa de atención primaria de salud mental en cuatro localidades rurales pertenecientes a regiones del centro y norte del país, que gira en torno a cuatro metas:

1.     Facilitar el acceso de la población a los servicios de atención para la salud mental a través de la reducción o supresión de las barreras geográficas, económicas y socioculturales a las cuales se enfrentan diariamente.

2.     Establecer y fortalecer redes locales de intervención que secunden y colaboren con el programa de atención primaria para la salud mental.

3.     Empoderar y capacitar a las personas beneficiarias, pacientes y familiares, en los cuidados médicos y personales que requiere el tratamiento de enfermedades mentales, fortaleciendo sus conocimientos en salud pública y comunitaria.

4.     Mejorar la calidad de los servicios de la asistencia médica ambulatoria a través de la capacitación del personal médico, refuerzo de material y compra de equipos.

Esta intervención está teniendo un impacto anual de aproximadamente unas 18.000 personas. Se realizan tres salidas al mes a zonas rurales estratégicamente elegidas por ser puntos neurálgicos de las principales localidades de donde proceden las personas registradas por la clínica. El equipo médico de atención primaria está conformado por profesionales del Centro Dalal-Xel Thiès, que trabajan de lunes a viernes en la propia institución y los sábados realizan las visitas comunitarias. Está integrado por cuatro médicos psiquiatras, tres de ellos son médicos que están finalizando la especialización en psiquiatría en un Hospital referente de Senegal con el que el centro Dalal-Xel tiene un convenio para realizar prácticas. El equipo también está conformado por dos enfermeros/as, dos auxiliares de enfermería, una asistente social, un conductor y un voluntario o voluntaria por cada localidad que les apoyan en la difusión del proyecto, a convocar a la gente, a localizar nuevos pacientes, y en la traducción de las lenguas locales. El proyecto colabora estrechamente con los centros de salud de la zona, otras instituciones religiosas y líderes religiosos tradicionales, como los marabúes, que les ayudan también a difundir el proyecto y derivar a la gente que lo necesita a que participen en el proyecto y acudan a las consultas.

Los lugares donde realizan el proyecto son generalmente escuelas, donde aprovechan los patios como zona de espera y tiraje para hacer sensibilización con los y las pacientes y sus familias y organizar los turnos de consultación. Utilizan las para las consultaciones. Dentro de las actividades del programa se incluye también la venta de medicamentos homologados, porque como mencionó el Director del centro, uno de los mayores problemas es la falta de medicamentos en las farmacias y dispensarios y también su elevado coste.

El centro Dalal-Xel de Fatick, también realiza un programa de salud comunitaria muy similar, pero con una logística de salidas diferente, ya que el centro atiende a un número menor de pacientes en sus instalaciones y eso le permite realizar más visitas a más localidades varios días a la semana. Actualmente abarca siete localidades de la zona centro sur de Senegal y ha recibido apoyo de la Asociación para la Ayuda de Personas con Discapacidad (AAJIPH), pero actualmente está gestionando el proyecto, de forma limitada, con sus propios recursos.

Gracias a los testimonios de las personas atendidas, familiares, trabajadores, voluntarios y voluntarias y otros agentes implicados, se puede constatar que el proyecto está teniendo mucha repercusión y un gran impacto en la población, con unos niveles de participación muy altos y que está mejorando mucho la situación y la salud de todas las personas atendidas.

Pero existen todavía muchos retos a los que hacer frente, sobre todo, reducir los tiempos de espera, lograr llegar a muchas más localidades, poder atender a la población en espacios mejor acondicionados para la actividad sanitaria, poder disponer de más medicamentos, de un equipo especializado únicamente para las actividades de salud comunitaria en las comunidades… Con el objetivo poder atender a más personas, con mejor calidad, de forma más accesible, romper la barrera del estigma y el rechazo social y en definitiva mejorar la salud y la vida de las personas en Senegal. 

 
 
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